El Club Español es una de las joyas de la arquitectura de Rosario, obra de Francisco Roca i Simó.
Escrito Barbara Blati
Licenciada en Periodismo
El imponente edificio, inaugurado para el centenario de la independencia, fue declarado Monumento Histórico Nacional y es una de las postas en la Ruta del Art Nouveau. Destaca no solo por su fachada sino también por su interior, ambos con características del Modernismo catalán, si bien el conjunto no se aleja de los modos de composición académicos en sus lineamientos generales.
El Centro Español de Rosario se fundó en 1882 por un grupo de residentes motivados por tener “un local donde reunirse y cimentar los lazos de unión que deben ligar a los hijos de Iberia” pero transcurrieron más de tres décadas para que tuvieran la actual sede de Rioja 1052.
La construcción inició en 1912 y estuvo a cargo del arquitecto mallorquín Francisco Roca i Simó responsable, además, de la Asociación Española de Socorros Mutuos y el Palacio Cabanellas. La inauguración tuvo lugar el 9 de julio de 1916, siendo desde entonces una de las joyas de la arquitectura rosarina y un exponente del Antiacademicismo en la Argentina.
Su arquitectura
El Club Español posee un formidable trabajo escultórico y artesanal, tanto en la herrería como en el uso de vitrales, azulejos y mosaicos. La fachada, de majestuosa volumetría, articula llenos y vacíos donde el blasón de la Casa Real es flanqueado por dos imponentes leones.
Una vez dentro del edificio, el visitante se deslumbra con la recepción de cuatro niveles de altura, en la que lucen la gran escalera imperial de mármol ornamentada con estatuaria bajo un lucernario de hierro y un vitraux, creación de ingeniería de Pedro Introini, que cubre una superficie de 317 metros cuadrados (uno de los más grandes de Latinoamérica) lográndose una continuidad entre el exterior y el interior y en los distintos niveles.
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En la gran sala del primer piso, llamada Salón Real, se destacan tres vidrieras, a cargo del taller de los artistas catalanes Salvador Buxadera y Eugenio Fornells, que poseen motivos heráldicos y antropomorfos que simbolizan los tres elementos: agua, fuego y tierra. La primera de ellas tiene lo que puede verse como una Venus brotando junto a dos sirenas que le entregan ofrendas. Las flores, como símbolos de pureza, coronan al personaje central de la composición.
La Tierra fue representada con dos mujeres con inmensas alas elevándose en un abrazo sobre un campo
sembrado. El Fuego aparece de la mano de otra figura femenina alada que sostiene una antorcha en posición triunfal y es acompañada por otras dos mujeres con misma actitud.
Visitantes ilustres
En sus más de cien años de historia, el Club Español ha recibido ilustres visitantes entre los que se encuentran los escritores Federico García Lorca, Ramón Gómez de la Serna, Salvador de Madariaga, Belisario Roldá y Alberto Vacarezza.
También pasaron Joaquín V. González, Manuel Fraga Iribarne, el filósofo José Ortega y Gasset, el presidente de la Junta de Galicia, Niceto Alcalá Zamora, Manuel Aznar y músicos, compositores y artistas como Amadeo Vives, Alfredo Graus, María Guerrero y Jacinto Benavente.
En abril de 1985, los reyes de España pasaron por el club para dejar iniciadas, junto a las autoridades argentinas y la colectividad, los trabajos del Complejo Cultural Parque de España, que sería inaugurado en 1992.
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