El nieto recuperado de las Abuelas de la Plaza de Mayo, Ignacio Montoya Carlotto brindará la charla “Notas sobre identidad” en el Teatro Empleados de Comercio.
En agosto de 2014 la sociedad se conmovió con la noticia que luego de 36 años de búsqueda, Estela de Carlotto -presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo- había encontrado a su nieto Guido. Criado en Olavarría, Ignacio Hurban resultó ser el nieto número 114 recuperado por Abuelas e identificado como hijo de Laura Carlotto (secuestrada por la dictadura militar en 1977 y asesinada en 1978 luego del parto) y Walmir Oscar “Puño” Montoya, detenido desaparecido.
Su testimonio permite dimensionar la relevancia de la restitución de las identidades robadas por el terrorismo de Estado, y sobre todo constituye una acción más para colaborar con la búsqueda de los nietos que aún faltan recuperar.
Lo acompañarán Iván Fina, responsable de Abuelas de Plaza de Mayo Filial Rosario y Sabrina Gullino Valenzuela.
Ignacio Montoya Carlotto brindará la charla “Notas sobre identidad” el viernes 25 de septiembre a las 18 en el Teatro Empleados de Comercio, Corrientes 450. La entrada es libre y gratuita.
Ignacio Montoya Carlotto:
El músico, hijo de Laura Carlotto y de Oscar Montoya -asesinados durante la dictadura cívico militar- que nació en cautiverio durante el secuestro de su madre y que fue apropiado
Desde la noticia de su recuperación, el 5 de agosto de 2014, Montoya Carlotto aseguró que se convirtió en «fuente de consulta» para muchas personas que tienen dudas sobre su identidad.
«Desde ese día ocurrieron una serie de procesos no sencillos que tienen que ver con crecer», recordó y aseguró que la situación del encuentro familiar «fue un poco violenta» por el acoso mediático que, admitió «fue justificado» por ser el nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
«Es violento que de un día para otro te llamen Guido (como su madre pensaba llamarlo) por no resguardarse mi identidad y no pensar que los nietos somos víctimas, aunque tengo el consuelo de que a partir de mi caso eso no va a suceder y los nuevos nietos tendrán la libertad de presentarse cuando quieran y con el apellido que quieran», remarcó.
Sobre el año que transcurrió del primer contacto con su familia biológica, aseguró que «fue un proceso muy fluido y fácil» y que se combina con «una parte de la historia anclada en Olavarría», donde habita el matrimonio que lo anotó como propio.
De su infancia, admitió recibir «una crianza particular que en valores no sé si sería diferente a la que hubiera recibido (con sus padres biológicos)» y que fue «muy feliz, con muy pocas cosas materiales», que fue a una escuela donde sólo había siete alumnos por grado, y con «un padre puestero del campo y ‘la Juana’, que hacía las cosas de la casa», al referirse a quienes lo criaron.
«Todos mis planes hasta el 4 de agosto del año pasado se fueron al demonio, pero en el buen sentido, donde se empieza a atar cabos que comienzan a tomar sentido», concluyó el músico.